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Adriana, Erick y Génesis eran tres estudiantes de la carrera de Negocios Digitales en la Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil. Cada uno tenía un enfoque único pero complementario dentro de su campo de estudio, lo que los hizo un equipo perfecto para un proyecto ambicioso: apoyar a los negocios de artesanías de su ciudad para que pudieran prosperar en el mundo digital.

En una tarde lluviosa, mientras conversaban sobre sus inquietudes sobre el futuro de los pequeños negocios locales, se dieron cuenta de que muchos artesanos guayaquileños, pese a su talento, no sabían cómo llegar a más clientes fuera de su círculo cercano. Decidieron crear una plataforma digital llamada Kuri, un sitio web que serviría como broker de artesanías, conectando a los productores con potenciales compradores tanto dentro como fuera de Ecuador.

Adriana, quien tenía un talento especial para el diseño web, se encargó de construir la plataforma, creando una experiencia intuitiva y visualmente atractiva. Erick, con su experiencia en marketing digital, diseñó una estrategia para posicionar a Kuri en redes sociales como Instagram, Facebook y TikTok, aprovechando las tendencias del momento y el poder visual de las artesanías. Génesis, que era una experta en economía digital, estableció alianzas estratégicas con proveedores, gestionó las relaciones con los artesanos y trabajó en la sostenibilidad del modelo de negocio.

A medida que Kuri crecía, los artesanos locales comenzaron a ver cómo sus productos alcanzaban nuevos mercados, y las ventas aumentaron significativamente. A través de su presencia en redes sociales, la plataforma se convirtió en una ventana al mundo, mostrando la riqueza cultural y la creatividad de Guayaquil. Además, comenzaron a ofrecer talleres virtuales para que los artesanos aprendieran a promocionar sus productos en línea, lo que les permitió no solo vender más, sino también mejorar su marca personal.

En solo unos meses, Kuri se convirtió en un referente para los negocios de artesanías, y Adriana, Erick y Génesis demostraron que, con el conocimiento adecuado y un enfoque digital, los pequeños negocios pueden trascender en la era digital.